Alberto Fujimori, presidente de Perú entre los años 1990 y 2000, ha sido sentenciado a 25 años de prisión por los delitos de asesinatos con alevosía, secuestro y lesiones graves, al ser culpabilizado de las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, cometidas por un escuadrón del ejército, así como del secuestro de un empresario y de un periodista.
Es una sentencia histórica. No todos los días se ve a un ex jefe de Estado condenado en su propio país por violaciones a derechos humanos como la tortura, el secuestro y la desaparición forzada de personas.
Amnistía Internacional ha trabajado durante años sobre las violaciones de derechos humanos acontecidas en Perú y miles de personas han firmado la petición para que Fujimori fuera extraditado a su país para ser juzgado. Además, hemos seguido con especial atención el proceso judicial contra él.
Ahora es necesario continuar en la lucha contra la impunidad de las violaciones a los derechos humanos y seguir exigiendo justicia, verdad y reparación para las victimas.
¿Quieres ayudarnos a conseguirlo? Dá un paso más, únete ahora a Amnistía Internacional. Gracias por tu solidaridad. Un abrazo.
Las monarquías en España siempre se han impuesto a sangre y fuego, y la de Juan Carlos I no iba a ser menos, ya que tiene sus orígenes en el mismo golpe de estado del 18 de julio de 1936. Su legitimidad -si la tiene- reside ahí, precisamente.
