La muerte de Rayan ha puesto en boca de todos a una misma persona: la enfermera que el domingo a las 21:00 horas le suministró la alimentación. Su "terrorífico error profesional", como lo calificó el director gerente del Hospital Gregorio Marañón, la ha apartado cautelarmente de su puesto. Sus compañeros, que reconocen que "tiene una responsabilidad importante" en el fallecimiento, creen que "no es la única que debe ser acusada" y están dispuestos "a apoyar públicamente a su compañera y tratar de mejorar la imagen de una profesión" que consideran dañada. Y es que, además de la tragedia de una familia, también existe otro drama: el de una persona que se ha convertido en víctima de su error. (klik egin-ver más)
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