Seis corralizas en Pitillas fueron la principal fuente de reivindicaciones de la izquierda: Santo Domingo, Cobaza, Picarana, Cascajo, Dolomondos y Carnicería. La relación entre la propiedad particular y la colectiva se había desequilibrado notablemente en beneficio de la primera; y desde hacía muchos años se exigía el deslinde. Este se comenzará en julio de 1931 con un Ayuntamiento republicano con clara mayoría de derechas: seis concejales son carlistas y liberal-coservadores y tres de izquierdas. Desde el principio el deslinde es cuestionado por basarse en el catastro de 1885 y no en el de 1865 que lógicamente contenía menos privatizados. A finales de 1932 comienza el deslinde en Cascajo, Santo Domingo y Cobaza, de donde, según los técnicos, se puede conseguir reintegrar al común casi tres mil robadas de las 13.000 que tienen de cabida. (klik egin-ver más)
Navarra 1936-1937: De la esperanza al terror