La Agrupación Independiente Murillo, oposición al grupo de gobierno actual, repartió días pasados en la localidad esta declaración en la que se valora el proceso seguido para la instalación de la planta de residuos de Indugarbi:
Frente a la vieja expresión popular según la cual “algo tiene el agua cuando la bendicen”, la razón y la evidencia demuestran que si el agua es de mala calidad no deja de serlo por muchas bendiciones que reciba. Eso mismo es lo que pensamos en la Agrupación Independiente Murillo (AIM) sobre el turbio proceso seguido en la apertura de la planta de residuos de Murillo el Fruto, a pesar de la dudosa licencia obtenida y la nutrida presencia de autoridades en la inauguración del 13 de octubre.
Comenzó dicho acto D. Javier Gárriz agradeciendo “que se hayan acordado de esta zona para instalar la empresa”, cortesía correspondida por un representante de Indugarbi, el Sr. Arzuaga, quien agradeció la ayuda prestada por el Sr. Alcalde a la misma, dado que según manifestó “no resulta fácil encontrar un lugar para instalar este tipo de empresas”. No hay mejor señal que ésta para comprobar que nos han vendido lo que nadie sensato quiere comprar, un vertedero a la puerta de casa donde van a parar las basuras que producen otros. ¿Por qué no fue ubicada lejos del pueblo teniendo terreno comunal a pie de carretera para haberlo hecho?
Foto sacada hacia 1935. En el edificio del Casino Español tenía su centro la sociedad Euzko Etxea, que vemos presidida por una ikurriña. Hacían representaciones teatrales, clases de euskara, grupos de danzas y txistularis, charlas....Tras el alzamiento franquista el 19 de julio de 1936 el local fue desvalijado por los alzados. Tan sólo se salvaron tres cosas: los libros de cuentas que prudentemente se había llevado antes Alberto Torralba, las makilas de los dantzaris porque creyeron que eran mangos de ajadores, y el busto de Sabino Arana, porque alguien dijo que era de Beethoven.
