Rajoy ha visitado Valencia, donde ha querido poner en escena sus propósitos de apoyo a los pequeños y medianos empresarios tras su presunto paseo electoral del próximo mes. Ha escogido como modelo a cinco empresarios, cada uno de los cuales sostiene un objeto, relacionado en todos los casos con las modernas tecnologías, salvo uno, el pastel, que curiosamente es el que corresponde a la única mujer presente. La misma estética convencional y ramplona impuesta hace décadas tras la defenestración sangrienta de los valores republicanos. No sólo no se impulsan propuestas de igualdad, sino que se retrocede respecto a la realidad social vigente. Que nadie se llame luego a engaño.