Al estilo "Fraga", la señora Aguirre, cual profesora "Rotenmeyer" armada con
la regla, actúa a diario como si estuviera en combate permanente, siempre en la
trinchera, enfrentando siempre al otro no como a un igual en derechos y
capacidad, sino como al enemigo al que hay que liquidar, y al que no se le
concede ni el pan ni la sal. De ahí su tono y retranca despectiva (en el peor y
más rancio ejemplo del casticismo madrileño), hacia todo aquello que puede ser
una china en el zapato de sus planes y ambiciones político ideológicos. Cueste
lo que cueste. (klik egin-ver más)
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