No se trata de un caso aislado. Según el Gobierno brasileño, los dos talleres de Sao Paulo en los que inmigrantes ilegales fabricaban ropa para Zara en condiciones que rozaban la esclavitud
son sólo la punta del iceberg. El Ministerio de Trabajo del gigante
suramericano asegura que al menos en otros 33 talleres subcontratados
por la firma gallega se habrían detectado las mismas irregularidades: hacinamiento, condiciones insalubres de trabajo y salarios de miseria.
Pero la multinacional Inditex, propietaria de Zara, insiste en que se
trata de una "situación excepcional", según señaló ayer a El Confidencial un portavoz oficial del grupo textil fundado por Amancio Ortega. (klik egin-ver más)
El Confidencial