Qué triste es todo esto de enterarse que respetables mandatarios de lo público, al parecer, autoprogramaban hasta dos y tres reuniones en Caja Navarra para llevarse crudo en una hora lo que cobran en medio año muchos de los 56.000 parados navarros.
¿Legal? Puede. Habría que ver si declararon a Hacienda estos ingresos por dietas. ¿Ético? Ni por el forro. No sólo para Barcina (un cadáver político apuntillado ahora) y Sanz (un jubilado que conspira por el recambio de Catalán), sino por el papelón en el que se encuentra el PSN de Roberto Jiménez, apuntalador oficial de un régimen (UPN-PSN) con carcoma, gracias al beneplácito de Rubalcaba.
Porque también los socialistas comieron las migajas que caían de la mesa de la Caja cínica hace sólo un par de años. Y por ellas, además trincaban dietas y hasta lucían relojes de 3.000 euros, que al descubrirse el feo, devolvieron. ¿Qué más tendrá que sacar Kontuz para que las bases del partido socialista, sostén de todo este embrollo, se rebelen contra tanta podredumbre.
El Olitense