Apenas han pasado 10 días de la entrada del 2015 y ya nos hemos dado cuenta que todos los buenos augurios que nos deseamos tras las campanadas se han quedado congelados.
La muerte de los trabajadores del semanario de humor y de las otras personas que se vieron involucradas en los atentados de París nos ha dejado la sonrisa helada. No hay justificación posible y habrá que salir a la calle y repetirlo cuantas veces sean necesario y pelear por la libertad de expresión porque eso hace al mundo más libre.
A mi no me gustan las viñetas del Charlie Hebdo, ni las que hizo hace años sobre Mahoma ni las que han salido estos días. Me parececen provocadoras, y eso me parece bien, pero no les veo la gracia y se me queda un cierto malestar sobre a quién va dirigidas. Cuando las críticas son burdas y globales pueden tener un efecto paradójico al reforzar aquello que en realidad queremos debilitar. (klik egin-ver más)
Ana Ansa