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miércoles, 9 de marzo de 2016

GRACIAS POR NO OLVIDAR

Alguien me dijo que Pablo Iglesias se había pasado al mencionar en el Congreso a Felipe González y la cal viva en la que Lasa y Zabala fueron enterrados por el GAL. Alguien más joven que yo que posiblemente no guarde recuerdo alguno del día en que salieron a la luz los cuerpos torturados, con las uñas arrancadas, de estos dos jóvenes, a los que se les había pegado un tiro en la nuca y enterrado en el hoyo que ellos mismos fueron obligados a cavar. 
Recuerdo que en ese entonces se multiplicaron los debates y hubo muchas personas que llegaron a justificar esos crímenes con el argumento soez de la venganza; otras se centraron en criticar al medio que publicó la noticia a toda plana, cargando contra el mensajero. Coreaban que todo formaba parte de una campaña para cargarse a González. 
Pero lo cierto es que los muertos, torturados, ejecutados, masacrados, y enterrados en cal viva estaban ahí ante nosotros pidiendo justicia. No eran una mentira mediática. El horror era real. El gobierno del PSOE, con Felipe a la cabeza, se había convertido en terrorista, y en este proceso se había además enriquecido. Años después el propio Felipe reconocería en una entrevista su responsabilidad afirmando que la lucha antiterrorista se libraba también en las cloacas, o aquello de que podía haber volado la cúpula de ETA pero que al final no lo hizo. 
Hoy muy pocos dudan que Felipe era la X que estaba detrás de todo aunque la ola de encarcelamientos se parara justo un paso tras él, en el exministro Barrionuevo. A las puertas de la prisión Felipe los abrazó, y tal vez les dijera entonces aquello de “Aguanta Pepe”. Yo, que viví esos días horrorizada, indignada, entre discusiones e intentonas justificadoras del terrorismo de estado, estoy feliz y agradecida porque Pablo Iglesias haya mencionado en el Congreso el horror que algunos han pretendido enterrar, como antes hicieran con los cuerpos torturados de Lasa y Zabala.
Marisol Ayala (Gran Canaria)