El ridículo del magistrado Pablo Llarena ante los tribunales belgas, que rechazan por una cuestión formal la extradición de los tres líderes soberanistas catalanes refugiados en Bruselas, y el imperativo de Rivera en su reunión de ayer con Rajoy, demandando todo un 155 indefinido, reavivan en sectores de la sociedad española los viejos mantras utilizados por el franquismo: la famosa leyenda negra contra España, que viene muy bien para tapar la gran chapuza del Tribunal Supremo, y un estado de excepción de facto en las cuatro provincias traidoras catalanas, tal como fueron denominadas oficialmente, junto a dos de las vascas, por la dictadura hasta 1959.
Fernando López Agudín, en Público