Hay muchas cosas que tienen en común Navarra, Baleares y la Comunidad Valenciana. Tres territorios marcadamente plurales, con diversidad identitaria y dos lenguas propias. Las tres hacen frontera con comunidades mayoritariamente nacionalistas con las que mantienen importantes vínculos históricos y culturales, algo que genera recelo en una parte importante de su población. Desde 2015 tienen además gobiernos socialmente progresistas y transversales en lo identitario. Y la derecha, que históricamente ha gobernado con comodidad en las estas regiones, está hoy en la oposición agarrada a la batalla lingüística como estrategia para recuperar el poder en 2019. (klik egin-ver más)
Ibai Fernández, en Diario de Noticias