Al hilo del cambio de nombre de la Avenida del Ejército de Pamplona por el de Catalina I, última reina de la Navarra independiente, y para descalificar la decisión del Alcalde Joseba Asiron, se ha vuelto repetir la cantinela de que la monarca y su esposo, el rey Juan III, fueron unos afrancesados que tenían desatendido el reino, un viejo infundio que ya puso hace 14 años en solfa el historiador pamplonés Álvaro Adot Lerga en su libro “Juan de Albret y Catalina de Foix o la defensa del Estado Navarro (1483-1517), de editorial Pamiela, en el que demostraba como prueba de arraigo que la mayoría de los doce hijos que tuvieron hasta 1512, nueve en concreto, nacieron en Navarra (Magdalena, por ejemplo, en Olite el 29 de marzo de 1494).
El Olitense