El tiempo ha corrido mucho y aún le falta más para tocar si quiera la igualdad real entre mujeres y hombres. Una mirada atrás dibuja cómo hace solo 65 años, un estornudo para la historia, las adolescentes de la foto crecían en Olite/Erriberri en un tiempo oscuro en el que, por ejemplo, necesitaban el permiso paterno para estudiar, viajar o tener una cuenta en el banco. Salieron adelante con mejor o peor fortuna y muchas tuvieron una descendencia a la que inocularon libertad.
Más tarde, cuando murió el viejo régimen, les dejaron votar y cambiar un poco el mundo que sigue girando lento hacia un espacio en el que mujeres y hombres se miren a la par. Ahora, abuelas, aquellas niñas sentadas en las “escalericas” de la iglesia de Santa María tienen la bonita perspectiva de una senda que se pinta de color morado, que es el de la emancipación femenina y el de la mayor revolución social que se ha dado desde el siglo pasado. Ellas ya empujaron. Otras tienen que tirar más.
El Olitense