PERALTA FESTEJARÁ LOS DIEZ AÑOS DE VIDA DE LA CASA DE CULTURA

La casa de cultura de la localidad ribera cumple diez años de vida y para festejarlo la concejalía de Cultura del Ayuntamiento ha organizado una serie de actos musicales que tendrán lugar el último fin de semana de este mes, del día 29 al 31.

El afamado grupo Celtas Cortos será el primero en pisar el escenario y lo hará el viernes con un concierto en acústico que comenzará a las 21.00 horas. El sábado, informaban, a partir de las 19.00 horas le tocará el turno al grupo Araciel y para terminar, el domingo, a partir de las 12.00 horas, la música saldrá a la calle con una tamborrada que desfilará por la plaza Principal y la calle Mayor. Las entradas para el primer concierto, insistían, costarán 20 euros, mientras que para disfrutar del espectáculo del sábado habrá que abonar 10 euros. Los interesados en adquirir los tickets, ya pueden hacerlo en la casa de cultura de 16.30 a 19.00 horas.

La programación no quedará aquí sino que desde el Consistorio han cerrado una variada agenda para la primavera. En este caso, después del festival de trombón que acaba de celebrarse allí, en abril tendrá lugar el IV Ciclo de Música Coral y en mayo, además de los teatros escolares, tendrá lugar el 16º Festival Art-Rock que organiza año tras año la Asociación Minüendo. Tampoco faltará una gran gala de artistas locales con música, bailes y sevillanas, entre otros. Desde el Ayuntamiento y la propia casa de cultura animaban a los vecinos a participar en los diferentes actos que se han programado.

Diario de Noticias

MARTÍN FUENTES SERÁ EL CANDIDATO DEL PSN A LA ALCALDÍA DE MARCILLA

El PSN-PSOE ha dado a conocer el nombre de su candidato a la alcaldía por Marcilla en las próximas elecciones municipales. Será Martín Fuentes Medina, de 52 años, trabajador de Refrescos Iberia.

Martín Fuentes ya fue concejal cuando ocupó la alcaldía el también socialista José María Abárzuza. Durante la legislatura saliente, su partido ha tenido cinco concejalías frente a seis de UPN.

GLOVEROS

Me crucé hará tres o cuatro noches, creo que el día que jugaba y perdía el Atlético de Madrid con la Juventus, con un ciclista de unos 40 años dejándose el higadillo en una de esas bicis -creo que era una GAC- que ya estaban pasadas de moda en los 90. Serían sobre las ocho y media de la tarde y, pese a lo obsoleto de su máquina, zingaba a muy buen ritmo, llevaba metido todo el desarrollo, a lo Thierry Marie, mientras unas pequeñas luces rojas brillantes intermitentes que salían de debajo de su sillín avisaban de que andaba por allá. Le perdí de vista enseguida, mientras él se alejaba por el carril bici hacia las afueras de la ciudad. Llevaba en la espalda una enorme mochila-caja de tela amarilla en la que se leía Glovo. Algunos de ustedes por supuesto saben qué es, otros no: es una aplicación de móvil que te permite encargar cualquier clase de producto y que un repartidor te lo lleve a donde lo solicites por algo más de su precio. El servicio tiene diferentes tarifas, el repartidor se lleva una parte de esa tarifa y el desarrollador de la aplicación otra parte. En las grandes ciudades, los hay a cientos. Ya hay numerosas denuncias porque los repartidores explican que en realidad son falsos autónomos, es decir: que tienen una relación laboral con la empresa y no son meros asociados y que, además, no cotizan de ninguna manera y la empresa les impone las condiciones de trabajo. Por supuesto, el hombre con el que me crucé pedaleaba con ansia porque cuanto más pedalea más viajes hace y más dinero gana, porque tiene que comer y quizá unos niños preciosos que vestir y alimentar, mientras el negrero, sentado en algún despacho de Barcelona, cierra acuerdos con inversores, incrementa sus ganancias y comprueba cómo la legislación laboral sigue sin atajar ni cercar a estas nuevas y modernas maneras de explotación disfrazadas de desarrollo y qué guay la app tío.

Jorge Nagore, en Diario de Noticias