El esquema de extrema presión sobre la institucionalidad militar venezolana para que cediera ante los dictámenes de la Casa Blanca y dieran un golpe contra el presidente Nicolás Maduro, parece agotarse sin tener los resultados esperados.
Al mismo tiempo, tal sedimentación se estaría replicando en el plano político regional, mediante el desgaste de todas las narrativas contra el gobierno de Venezuela, sin que haya resultados concretos a la vista.
Caracas no termina de tambalearse. Y esta es una condición que sobrepasa muchas estimaciones iniciales en las mesas de Washington, pues se ha mantenido la integridad del tejido político e institucional. No ha habido deserciones masivas ni motines significativos en la esfera de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
Al mismo tiempo, análisis desde varias direcciones hacen suponer que las posibilidades de una guerra abierta contra Venezuela, es cada vez más cuesta arriba.
Estos eventos podrían dar cuenta de una falla en la lectura desde Washington y el consecuente desarrollo viciado de su estrategia contra Venezuela. A casi cien días del “ascenso” de Juan Guaidó en la política venezolana, no es el “presidente interino” de Venezuela, por el contrario, ha sido inhabilitado para ejercer cargos públicos durante 15 años y ha sido allanada su inmunidad parlamentaria por la Asamblea Nacional Constituyente, órgano plenipotenciario del país, previa solicitud del Tribunal Supremo de Justicia. (klik egin-ver más)