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lunes, 25 de mayo de 2020

ENTRE CONTUNDENCIAS

El 11 de mayo el preso Patxi Ruiz inició una huelga de hambre y sed en la cárcel de Murcia en protesta por las amenazas que recibió por parte de funcionarios de esa prisión. Han transcurrido 13 días desde entonces, en el que la salud del preso ha empeorado considerablemente, y en este tiempo también han sido innumerables las pintadas aparecidas en sedes de partidos políticos e incluso en la propia vivienda de la secretaria general del PSE Idoia Mendia. A raíz de todo ello, el debate se ha situado en la supuesta falta de contundencia en el rechazo a esas pintadas por parte de EHBildu, y por otro lado, en el hecho de querer comparar las consecuencias de una pintada con la situación de los presos y presas, en todo caso mucho más sangrante. Y así, nos situamos entre la contundencia exigida en el rechazo a las pintadas y la contundencia exigida en el rechazo a la política penitenciaria, como si ambas cuestiones no pudieran encontrar un espacio común. Pues bien, creo que el acercamiento a ese espacio común nos lleva a tratar el tema sobre tres dimensiones: la dimensión ética, la de la justicia y la de la convivencia.  (klik egin-ver más)
Julen Mendoza, ex-alcalde de Errenteria, en su blog

DOCTOR PESET, UN EMINENTE EPIDEMIÓLOGO EJECUTADO POR FRANCO

Juan Bautista Peset (Godella, 1886-Paterna, 1941) era un investigador único en el campo de la epidemiología y virología, pionero en la elaboración de vacunas como la que logró contra el pneumococo, responsable de las complicaciones pulmonares de la gripe de 1918 , en colaboración con los doctores Colvée y Rincón de Arellano. Estuvo a la vanguardia en España en los trabajos de campo para la detección, contención y análisis de infectados por bacterias o virus. Sus artículos en este terreno tienen plena vigencia en la manera como se está actuando contra la pandemia del coronavirus.
Durante la guerra, compaginó la docencia con su escaño por el Frente Popular en Valencia y con los cargos de comisario civil del Ejército republicano y responsable de los Hospitales. El primero febrero de 1939 asistía en Figueras a la última sesión de las Cortes republicanas en territorio español. Aunque cruzó la frontera, finalmente decidió regresar a Valencia y, desde allí, incluso intentó mediar en nombre de una República agonizante.
Al finalizar la guerra, Peset y sus hijos se dirigieron al puerto de Alicante para esperar unos barcos que nunca llegarían. Fue detenido e inició un periplo por distintas prisiones. El 29 de julio de 1939 se le separaba de su cátedra y, tras ser denunciado por tres médicos falangistas, se le sometía a un Consejo de Guerra Sumarísimo. La condena, dictada el 4 de marzo de 1940, fue de pena de muerte, pero el gran número de testigos favorables provocó que le fuera conmutada por treinta años y un día de cárcel.
Dos días más tarde se recibía una nueva delación, se le incoaba un nuevo Consejo de Guerra y una nueva pena de muerte el 25 de marzo. Esta vez no se salvaría. Tras catorce meses de espera, el 24 de mayo de 1941 se hacía efectiva. A las seis de la mañana, junto con tres personas más, era fusilado contra el muro del cementerio de Paterna, donde más de dos mil víctimas serían pasadas por las armas durante la postguerra. (klik egin-ver más)
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