El aislamiento obligatorio impuesto por la pandemia interrumpió la dinámica de luchas y movilizaciones que se había desatado en el país desde el Paro Nacional del 21 de noviembre de 2019 y con ello se debilitó la fuerza y la capacidad de presión que había alcanzado el movimiento social. Pero, una vez que el gobierno ha levantado la cuarentena, la condiciones están dadas para que la inconformidad vuelva a hacerse presente en las calles.
Los pasados días 9 y 10 de septiembre esa inconformidad se ha manifestado frente a uno de los rasgos del Régimen: la brutalidad policial, la violencia sistemática de la fuerza oficial contra pobladores indefensos. Tras el asesinato de un trabajador en Bogotá, hecho grabado y difundido, masas de jóvenes hartos de tanta indolencia y abandono estatal, marcan no sólo una coyuntura sino una tendencia. La calle es escenario de defensa y resistencia. (klik egin-ver más)
Aureliano Carbonell, en Rebelión