El gobierno de Polonia (criticado de mentirijilla en la UE por sus veleidades fascistas), quizás con fondos solícitos de esa misma Unión Europea y la OTAN, ofrece a las personas que abandonan Bielorrusia dinero en efectivo, asistencia sanitaria, y un lugar donde vivir. Una propuesta que recuerda a la que en su día se hacía desde Miami para atraer a cubanos que utilizaban como mera mercancía publicitaria y anticomunista. El legítimo gobierno Bielorruso ha cerrado las fronteras ante esto y por la presencia de tropas de la OTAN en la mismísima línea divisoria. El cerco otánico con una invasión terrestre está en la agenda (y la práctica) del imperialismo, y curriculum vitae tienen hasta decir basta. Son los mismos que se ofenden e indignan con que Rusia preste ayuda financiera y militar a Bielorrusia para que pueda defenderse.
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