Restaurantes cerrados, locales que se traspasan, camareros que no llegan a fin de mes y trabajadores que lloran frente a tiendas de souvenirs en liquidación por cierre son parte de la extraña naturaleza que ha ido ganándole terreno a la civilización en Los Cristianos. El ambiente que se respira es de tristeza y ruina. En pleno futuro, se añora el pasado. (klik egin-ver más)
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