El sacerdote oscense, consciente de que había llevado hasta Pamplona a la cuna de los nuevos cachorros del Régimen y que se había proyectado una ambiciosa Clínica que llegaría en 1962, no se cortaba: "Señor alcalde: al recibir de vuestras manos el honroso título, no voy a caer en la falsa humildad de decir que no merezco tan alta distinción. Si lo hiciera, faltaría a la verdad y causaría agravio a vuestra justicia, pues no cabe mayor prueba de cariño que ésta que yo he dado a Pamplona".
En estas siete últimas décadas el Opus Dei ha extendido sus tentáculos por Navarra y ha sabido aprovecharse de la ventajosa posición que tuvo en el franquismo, y de las dos décadas de gobiernos de UPN entre 1996 y 2015 tras el freno que les supusieron algunas políticas de los socialistas Gabriel Urralburu y Julián Balduz. (klik egin-ver más)
Pedro Pérez Bozal, en e-ribera