De acuerdo con UPN. De la Guerra Civil hay que contarlo todo. Sin miedo a las cifras y a los hechos. Vayamos a las cifras. En Navarra, entre 1936 y 1939 se fusiló a más de 3.000 personas. Otros muchos más fueron encarceladas y/o represaliadas, o partieron al exilio. Frente a ese dato incuestionable, hay ciertamente otros. Más de 5.000 navarros murieron en el frente de batalla luchando por Franco, de grado o a la fuerza. Unos 500 más, religiosos en su mayoría, fueron asesinados en la retaguardia republicana. Además, los bombardeos de la aviación roja provocaron una treintena de víctimas civiles dentro de las mugas forales. ¿Es eso lo que quiere poner de relieve UPN, no sea que a la sociedad navarra se le olvide? Pues que hablen también de los hechos. De quien conspiró y se alzó en armas contra un régimen democrático, de quien dio cobertura mediática y de quien preparó concienzudamente y al detalle la represión posterior. Y que hablen también de una dictadura donde las víctimas del segundo grupo –las de primera– eran veneradas y recordadas, y a las del primero –ni tan siquiera de tercera– se las condenaba a la proscripción y al olvido. Y después de hablar de lo que pasó el 36, que traslade el mismo interés para contarlo todo a la violencia política de los últimos 40 años. Sin miedo a las cifras y a los hechos. Y así, resultará que, además de las 40 personas asesinadas por ETA, hubo otras a las que quitó la vida la policía o gente afín, muy afín. Y que además de extorsionados, amedrentados y amenazados, hubo torturados, apalizados y detenidos injustamente. Y que a toda esa gente también se le debe verdad, justicia y reparación, algo que UPN les sigue negando (también el PSOE, en lo que respecta a la verdad y la justicia), porque sigue pensando que sobre todo eso es mejor, mucho mejor, no contar nada.
Aingeru Epaltza, en Diario de Noticias