Dice Zarzalejos que Juan Carlos quiere volver por Navidad. Nos cuenta además algunos detalles que confirmarían la absoluta indignidad del emérito; al parecer querría cobrar una asignación de 200.000 euros y vivir en La Zarzuela. El flautista convoca a su audiencia y en las redes (y también en algunas televisiones) se abre la veda de caza; esta vez el elefante (o el oso drogado) se llama Juan Carlos. El principal marco discursivo de los monárquicos lleva tiempo mutando. Del “
Juan Carlos I nos trajo la democracia y la prosperidad, paró el 23F y sus errores no hacen sombra a su obra histórica” se está pasando a otro que el periodista Javier Lezaola resumía así en Twitter:
“Yo siempre pensé que Juan Carlos I era un ejemplo de honestidad pero ha demostrado que no, que no tiene nada que ver con su hijo que sí es un ejemplo de honestidad y rectitud”. Quien define los marcos en el debate político, gana el debate. Fíjense que el propio Zarzalejos, hijo de un gobernador civil del franquismo, hermano de un jefe de gabinete de Aznar, educado en Deusto, exdirector de periódicos monárquicos y hoy colaborador de La Sexta, lleva un año empujando el marco y para ello ha escrito incluso un libro. En una entrevista que daba a El País en marzo, a propósito de su libro, no tenía problemas en calificar la conducta de Juan Carlos de
“miserable”. A Felipe VI Zarzalejos le presenta, en cambio, como una víctima de la traición de su padre. No sé Rick…
(klik egin-ver más)Pablo Iglesias, en CTXT