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martes, 21 de diciembre de 2021

LAS OPOSICIONES DE LA NO IGUALDAD DE CONDICIONES


        Cuando me preguntan que es para mí la enfermería siempre se me ha llenado la boca al pronunciar la palabra vocación, siempre he sentido orgullo de no solo ser profesional de la enfermería sino de sentirme enfermera, de sentir la enfermería integrada en mi vida formando parte de mi filosofía. La posibilidad de poder cuidar, de aliviar, de acompañar a mis pacientes es una de las cosas más maravillosas que me otorga día a día mi profesión, pero no solo a la hora de ejercerla sino a la hora de educar a mis hijos, a la hora de disfrutar de mis amigos o de mi familia.

       Después de año y medio de pandemia no puedo decir que haya sentido flaqueza a la hora de ir a trabajar, siempre me he sentido en  este periodo, como alguien privilegiado al que se le otorga el poder de devolverle a  mi sociedad todo lo que ésta me ha dado a lo largo de mi vida, pero aunque siempre he sido optimista hoy en día siento rabia por la poca empatía que percibo entre diversos componentes de nuestro sector y sobre todo la situación tan inoportuna que han generado para todos los profesionales de enfermería las actuales oposiciones convocadas por Salud. Durante estos meses de pandemia la mayoría de los profesionales nos hemos dejado la piel para sacar el trabajo adelante, hemos renunciado a nuestras familias siempre que se nos lo han pedido y creo que esta convocatoria no es oportuna. (klik egin-ver mäs)

Reyes Barrero Herrero (Carcastillo)

NEGUBURU, EGUBERRI ETA OLENTZERO

       Aro zaharretan gure arbasoek urtea bi zatitan banatu zuten: uda eta negua. Hainbat ikerlariren ustez, lehenak badu zer ikusirik urarekin eta bigarrena Paleolito Aroan gurtzen zuten Egu izeneko jainkoarekin. Mari lurraren pertsonifikazioa den bezala, Egu loturik zegoen zeruarekin. Gaur egun, oraindik, hitz anitz erabiltzen dugu egu hitzaz osaturik direnak: eguraldi, eguena, eguaztena, egubakoitz, eguerdi, eguberri, eguzki, egun…

     Bittor Kapanagaren irudikoz, negu behe egutik letorke, hau da, zeru iluna nagusi den garaia. Geroago uda hiru zatitan banatu zen: udaberria (uda etorri berria), uda goiena (eguzkiak zeru goia jotzen duen aldia) eta uda azkena (udaren azken aldia). Urtea horrela banatzeko, Europa osoan zabaldurik zeuden euskaldun zaharrek, gaur protoeuskaldun deitzen duten horiek, solstizioak eta ekinozioak baliatu zituzten. (klk egin-ver más)


Joseba Aurkenerena Barandiaran (Elinberrin)

MAYA EL SUCIO


           A Enrique Maya me lo imagino como el listillo que se cuela delante de tus narices en la cola de la villavesa, si hiciera alguna vez uso de ese servicio. O como el vivales que pide cubata cuando la ronda la paga otro y zurito cuando le toca a él. En el mus sería de esos fulleros a los que hay que vigilar cada vez que cuenta sus tantos y echa mano de los amarrekos. Y en el terreno de juego, ese central sucio, en eterna búsqueda de la tibia del contrario y de la oportunidad para el piscinazo. Será legal, todo lo legal que se quiera, aprobar el presupuesto de la ciudad con su voto de calidad, aprovechando que hay muchas posibilidades de que todavía no haya sido designada la sucesora del ya exconcejal de Bildu Joxe Abaurrea. Pero de ético, nada. Y de estético, todavía menos. Ocurre, sin embargo, que tanto la ética como la estética cotizan a la baja en la política de hoy, y mucho más en el campo de la derecha, en continua carrera por el puesto del más impresentable, como observamos en el duelo entre Casado, Ayuso y Abascal en el Estado. Igual porque acabábamos de salir de los horrores del barcinato, muchas de las personas que preferían otras opciones agradecieron a Maya el talante en general discreto que mostró durante su primer mandato como alcalde de la ciudad, del 2011 al 2015. Sin embargo, la pérdida ese año del puesto de primer edil convirtió al apacible doctor Jekyll en un míster Hyde en continua sobreactuación, vociferante y marrullero, faltón con los que no le votaron. Recuperar la presidencia del Pleno en 2019 no le ha hecho mitigar su rencor a esa otra mitad de la ciudad. Supongo que hay también de por medio una cierta competición con ese Javier Esparza cada vez más mortecino y repetitivo, por ver quién ocupa un lugar más alto en el santoral de la parroquia diestra, tan amante, al parecer, de los tramposos.

Aingeru Epaltza, en Diario de Noticias