Como un “episodio de violencia urbana” definió Jaime Mayor Oreja, ministro del Interior, el asesinato a manos de una banda fascista de Aitor Zabaleta, seguidor de la Real Sociedad, ahora hace justamente 10 años. Como un incidente aislado, como una riña entre bandas rivales, como una cuchillada aislada de un exaltado. Así presentaba lo sucedido uno de los principales responsables del clima de criminalización que hacia todo lo vasco se extendió en aquellos meses posteriores al pacto de Lizarra.
Praxku
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