En medio de una crisis particularmente devastadora en nuestro país, con el paro encaminándose a los cinco millones, los poderes económicos y la derecha política han desatado una nueva ofensiva contra las pensiones en un alarde de cinismo que raya la provocación. Los causantes (reales e ideológicos) de la crisis se atreven a servirse de ella –demandan “reformas profundas” sin ton ni son– para golpear a las víctimas, sabiendo que los trabajadores no tienen nada que ver ni tienen nada que aportar a su solución, en una demostración concluyente de que para la burguesía la lucha de clases es permanente. El PSOE, hasta ahora, se resiste a admitir las propuestas que hay sobre el tapete, pero no hay que pasar por alto que son destacados socialistas los que encabezan instituciones que sirven de arietes en la ofensiva: el gobernador del Banco de España, Fernández Ordóñez, y el comisario europeo de Economía, Joaquín Almunia.
Pedro Montes, economista (Diagonal)
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