
El tiempo mitigará, que no apagará, el dolor inmenso de una familia. Atrás quedan las batidas de cientos de vecinos sensibles por Tierra Estella. Nadie pasará ninguna factura por esa solidaridad innata. Les bastará saber que si aciagamente vuelve a suceder algo parecido, la escalofriante demagogia de ningún presunto asesino va a coincidir en sus intereses con la increíble frivolidad de algunos medios de comunicación sin escrúpulos para lucrarse económicamente ambos. Porque entre todos causaron la segunda muerte de María Puy Pérez Ezpeleta.
Praxku
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