Uno de los grandes aciertos de la película “Good” consiste en revelar cómo la maldad anida en el corazón de la gente “corriente”. Del ciudadano educado y previsiblemente civilizado que, en circunstancias clave, se trasforma en bestia. El filme viene a demostrar que la perversidad del nazismo no fue sólo obra de unos fanáticos, sino que las personas “normales”, encarnadas en el respetable profesor de literatura Viggo Mortensen, pueden llegara a ser peores que los más fanáticos extremistas. Todo es cuestión de un buen caldo de cultivo, la confluencia de astros y unas circunstancias favorables que den pábulo a la barbarie.
Luis Miguel Escudero
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