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miércoles, 29 de julio de 2009

OTRA PEQUEÑA VICTORIA DE LAS VÍCTIMAS DEL AMIANTO

Tenemos que volver a referirnos a los graves efectos del contacto con el amianto. En abril dimos cuenta de la muerte anunciada de Ezequiel Illarramendi. Incluso en Luzuriaga se llegó a demostrar que había dado lugar a un cáncer de pulmón, según sentencia judicial. En esta ocasión, las noticias son relativamente mejores. Ángela Rodríguez, ama de casa de 65 años, que trabajó entre 1964 y 1968 en la empresa Oxivol Internacional Acumuladores, de Beasain, ha conseguido la incapacidad completa y una pensión de 1.667 euros por un cáncer de pleura. Según Jesús Uzkudun, responsable de Salud Laboral de CC.OO. de Euskadi, que ha gestionado la demanda, es una pequeña victoria parcial de las víctimas del amianto, y un ejemplo de la "gravedad que supone la amplia exposición laboral al amianto que tuvo lugar en décadas atrás en gran parte de la industria vasca".
Efectivamente, es una victoria pequeña, porque Ángela, que lleva viva cuatro años después que los médicos le diesen cuatro meses de vida, tiene en qué gastar esa pensión. Ese dinero le servirá para pagar las medicinas, la homeopatía y la comida macrobiótica, porque la quimioterapia es paliativa, no curativa, y ella no quiere resignarse porque la medicina tradicional no puede curar su enfermedad. Es un acto de justicia parcial con esta mujer, a la que como a otros tantos trabajadores, las condiciones laborales le condenaron a una terrible enfermedad y a un brutal recorte de su esperanza de vida.

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