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martes, 15 de septiembre de 2009

¿POR QUÉ NO ADOPTAMOS AL TORO COMO ANIMAL DE COMPAÑÍA?

Nuestros legisladores, sus señorías, demuestran un corazón de oro cuando se trata de proteger a los perros y a los gatos. Les preocupa que estén estreñidos, o que coman mal, o que pierdan el pelo. Los vacunan y los llevan a la peluquería. Son tan humanos que fueron capaces de legislar contra el maltrato a los animales domésticos, y algunos de ellos, en un esfuerzo coloxal, hasta transigieron en condenar el maltrato a la mujer, que, como sabemos, para los espíritus machistas es también un animal de compañía.
Pero el toro no. Es criado en dehesas, alimentado por mano humana, ensalzado por poetas… pero no es un animal doméstico, de la domus, de la casa. El toro que se joda, por bravo. Como bien conoce el Toro de la Vega, de dulce nombre Moscatel, que hoy será alanceado por cien valientes lanceros a caballo hasta que el animal, el de los cuernos, caiga desangrado. El matador victorioso tiene luego el derecho a colgar de su pica los testículos del toro para pasearlos como un trofeo por toda Tordesillas. ¡Qué imagen fantástica para pedir un asiento en el G-8! (klik egin-ver más)
Manolo Seco, en su blog.

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