Fátima se enamoró de Ranjiv en Melilla. Ella, marroquí, divorciada de un marido mayor que la maltrataba en Marruecos, trabajaba sin papeles en el servicio doméstico. Él, hindú, sin papeles también, limpiaba coches. En abril de este año, descubrieron que Fátima estaba embarazada. Pero la alegría duró poco: su hermano llegó de Marruecos para buscarla y amenazarla por su conducta "indecente". Tuvo que abandonar el trabajo y el piso que compartía con amigas. La pareja se fue a vivir a una choza.
Diagonal
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