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viernes, 20 de noviembre de 2009

LA VIVA IMAGEN DEL EUROESCEPTICISMO

Dicen que el proceso de integración europea está agotado. La ciudadanía no percibe ahí otra cosa que un mercado. Sin instituciones, competencias, normas ni convenciones socialmente legitimadas, sin autoridad política en el mundo, con un parlamento en el que las diferencias entre conservadores y socialdemócratas son imperceptibles y al que cada país envía a lo más gris y obsoleto de su clase política, ya nadie espera de verdad que Europa nos sirva para acceder a una globalización de la justicia y de los derechos humanos.
La de la imagen es la laborista británica Catherin Ashton, baronesa para más señas, nueva ministra de Exteriores de la Unión Europea, en su nueva etapa tras el Tratado de Lisboa. Medios para su gestión no le van a faltar. 5.000 funcionarios y 50.000 millones de euros hasta 2013. Podrá parecer una frivolidad juzgar a la gente por el aspecto, pero algo nos dice que no cabe esperar mucho del recurrente objetivo de acercar Europa a los ciudadanos.
Praxku

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