Cuando escribimos estas líneas, Aminetu Haidar ha superado ya los quince días en huelga de hambre. Su salud se deteriora por momentos, y no sólo quienes temen tener que asumir la responsabilidad por su eventual muerte sino incluso algunas personas bienintencionadas le piden que desista. Haidar, sin embargo - curtida como tantos de sus compatriotas en las torturas y las prisiones con las que los ocupantes marroquíes tratan de ahogar, sin éxito, las ansias de libertad de los saharauis -, no se doblega. Permanece fiel a sus convicciones y dispuesta a asumir cualquier consecuencia. Dando muestras de un tipo de compromiso que, en mayor o menor medida, nos pone a todos en entredicho. (klik egin-ver más)
Cristóbal García Vera, en La Haine
No hay comentarios:
Publicar un comentario