Hablar de 1008 metros parece una nimiedad en la montaña navarra. Sin embargo, Lakarri es un objetivo atractivo por su estructura rocosa, su aspecto aéreo y la inexistencia de senderos en los metros finales, hasta el punto de que se requiere cierta concentración para coronar su cima, en el cordal que separa las cuencas del Arga y del Erro.
Al pie de Lakarri está Galdurotz, uno de los pueblos del valle de Arriasgoiti, que en 1943 se agregó administrativamente al de Lizoain. Veremos por todos lados casas derruídas, una iglesia expoliada, pinares donde en tiempos hubo campos de cultivo y caminos cerrados por la maleza. Sin embargo, después de décadas de absoluta soledad, Galdurotz vuelve a estar poblado. El censo de 2007 le atribuía 7 habitantes. Al menos se ve salir humo de alguna de sus chimeneas. Es una buena noticia aunque no sabemos por cuánto tiempo.
Allí hay que llegar a pie o en todo terreno. Una vez desaparecido casi totalmente el viejo camino que venía de Urrizelki, lo más aconsejable es seguir la pista que sube desde el km. 9'600 de la carretera de Urrotz a Erro.
Galdurotz, subiendo o sin subir a Lakarri, un buen lugar para pasear y para reflexionar.