Entrada la noche de ayer se difundía la noticia de la muerte de Jesús Lezaun, y con él se va una de las voces más inconformistas de la sociedad vasca, y especialmente de su Iglesia. En tiempos en que esta institución no está prestigiada precisamente en Euskal Herria, Lezaun fue una voz inconfundiblemente crítica y rebelde que no dejó indiferente a nadie.
El legado de Lezaun queda ya en la pequeña historia de este pueblo, junto al de otros sacerdotes siempre incómodos en el corsé de la Iglesia oficial, como el rotxapeano Patxi Larraintzar, de quien se declaraba amigo y seguidor y cuyo legado literario ha terminado prolongando de alguna manera dos décadas más tarde. (klik egin-ver más) GARA
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