El primer domingo de primavera estuve en Ocaña (Toledo), por primera vez. Amistad presa obligaba visita. Con la ley de Memoria Histórica vigente –la misma que Amnistía Internacional tildó de ley impune de punto y final– tuve que pasearme por la Avenidísima del Generalísimo, torciendo antes por la C/José Antonio para dar con el penal, donde sobreabundaban –en dependencias públicas– los carteles del “sí a la vida, contra el aborto” de esas curiosas plataformas nacional- católicas dónde demasiados defienden todavía la pena de muerte. (klik egin-ver más)
David Fernández (militante de base de l'Ateneu la Torna) Diagonal
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