En Occidente, los ordenadores cada vez envejecen antes. Renovamos móviles, televisores o frigoríficos antes de que acaben su vida útil. Miles de estos aparatos llegan cada mañana, hacinados en viejas carretas, a una zona conocida como Sodoma y Gomorra en Accra, la capital de Ghana. Allí, miles de trabajadores descuartizan a golpe de martillo desde motores de grandes máquinas a ordenadores o impresoras, en busca de pequeñas piezas de metal que puedan vender. Sobre los techos de las barracas contiguas al basurero planea un humo negro, una nube densa y caliente que el viento arrastra al interior del barrio. La dirección del humo apunta a los lugares donde se queman las venas y las tripas de ordenadores, televisores y otros aparatos electrónicos en busca de metales como cobre y aluminio. Entre el humo se distinguen las siluetas de los trabajadores, menores de edad en su gran mayoría, que dirigen la combustión. Los niños usan imanes para recoger las pequeñas partículas de metal sobre un suelo negro lleno de cenizas. Conseguir los restos de metal sueltos tras la quema es la labor más baja en el proceso de reciclaje. (klik egin-ver más)
Diagonal
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