Cientos de vecinos de Falces reivindicaron ayer la normalización del euskera en la localidad en un ambiente festivo. Numerosos colectivos se hicieron eco de la séptima edición del Faltzesko Euskararen Eguna, con un apretado programa cultural en la plaza de Los Fueros. La jornada comenzó con dianas y zanpantzar, y al mediodía el ambiente bullía en la plaza con actos para todas las edades, como talleres para los muetes; castillo hinchable; almuerzo popular; actuaciones de danzas; pasacalles con los gigantes y gaiteros, y herri kirolak. Tras la comida popular estaban previstos campeonatos de mus, de irrintzis, juegos por cuadrillas, festival infantil y baile de la Era. Entre las principales novedades del Euskararen Eguna de este año, se ofrecieron clases de iniciación de euskera para jóvenes y adultos, hubo karaoke y un poteo por las peñas con el grupo Orkresta. La jornada se completó con conciertos de rock.
A lo largo del día permaneció abierta una txozna y se vendieron talos caseros y camisetas con el logotipo de la fiesta. Con el dinero recaudado ayer, más la subvención del Ayuntamiento de Falces, se espera poder organizar la próxima cita del año que viene, financiar las clases de euskera de los falcesinos que deseen apuntarse al euskaltegi y comprar kilómetros de la Korrika. "El año pasado sólo pudimos cubrir los gastos del Euskararen Eguna, ya que el tiempo no acompañó", explicaba Pablo Ausejo, uno de los organizadores. "Además, hoy es un día para normalizar el euskera en Falces y publicitarlo para que la gente se anime a aprenderlo y a practicarlo", añadía Ausejo. A lo largo del año se esperan organizar más actos sumados al Euskararen Eguna con el mismo propósito.
Por su parte, Gotzone Martínez, también organizadora de la jornada y miembro de la apyma del colegio público de Falces, recordaba que en la localidad no existe el modelo D, por lo que las familias que quieren una enseñanza íntegra en euskera "se ven obligados a desplazar a sus hijos a la ikastola de Tafalla que, además de ser privada, cuenta con el inconveniente del desplazamiento y del desarraigo de amistades de los niños". "El asunto se plantea pero vemos complicado llegar más allá del modelo A (cuatro horas de clase a la semana en euskera), que ya está implantado en el colegio", añadía Gotzone Martínez.
Araceli Remírez (Diario de Noticias)
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