Sortean un coche en la tele. Me animo a probar suerte y envío un SMS por el móvil para ver si me toca. Nunca se sabe. En los días siguientes comienzo a recibir mensajes cortos en los que me recuerdan que participo en el sorteo y me animan a participar en otros nuevos. No me preocupo hasta que recibo la factura de teléfono, que es de cuatrocientos euros.
Casos como este suceden cada vez a más personas. Algunas empresas han visto en los servicios a través de SMS un nuevo filón para hacer dinero. Aunque el consumidor puede pensar que un mensaje no es más que un mensaje, no todos son iguales. El coste de los SMS Premium (para descargar juegos, vídeos, politonos o participar en sorteos y votaciones) es muy superior al normal. (klik egin-ver más) consumidoresirache.com
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