Sólo desde la mala fe o el sectarismo puede afirmarse que la huelga de UGT y CCOO fue un rotundo fracaso, ya que, además de situar el debate en primerísimo primer plano, resulta innegable que tuvo su repercusión, desigual por zonas y sectores pero en todo caso significativa en la gran industria, igualmente en Navarra, donde también bajó el consumo eléctrico en las primeras horas del paro aunque por debajo de la media estatal. Sin embargo, pecan por evidente exceso quienes catalogan la reivindicación de triunfo portentoso. Calificativo que no se compadece con el reducido seguimiento en tantos ámbitos, ni con la limitada afluencia a muchas de las manifestaciones convocadas ayer, y que únicamente podría aplicarse si Zapatero rectificara su reforma laboral, pues ésa era en principio la finalidad declarada de la movilización. (klik egin-ver más)
Víctor Goñi (en Diario de Noticias)
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