Desde hace meses, los mercados vienen utilizando el poder que les da su presión especulativa sobre la deuda de los estados para imponer a los gobiernos las medidas que mejor convienen a las grandes empresas y a la banca.
Se trata de una extorsión bastante evidente a la que algunos gobiernos como el español le están haciendo frente con tanta torpeza como candidez. En lugar de utilizar los resortes de su poder representativo y soberano y en lugar de hablarle claro a la ciudadanía para que ésta le hable a su vez claro a los especuladores, los gobiernos se empeñan en hacer frente al chantaje cediendo a sus demandas, creyendo que saldrán del apuro aceptando sus condiciones. (klik egin-ver más)
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