LA ZONA MEDIA HA CRECIDO DEMOGRÁFICAMENTE EN TORNO AL 1% ANUAL DURANTE LOS SEIS ÚLTIMOS AÑOS

Publicados los censos del INE al 1 de enero de 2010, los hemos comparado con los de 2004. La población de la Zona Media navarra ha pasado en ese período de 45.728 habitantes a 47.968, con un incremento del 4'90%, mientras que en el conjunto de Navarra, cuya población se sitúa en 636.924 según el último padrón, el incremento ha sido del 8'93%.

Las poblaciones demográficamente significativas cuyo tirón más se acusa dentro de ese crecimiento global son Olite y Caparroso. Ambas crecen en torno al 11% en esos seis años. Sin embargo, son Barásoain (23'54% y Garínoain (17'38%), las dos poblaciones vecinas vecinas cabeceras de la Valdorba, las que de forma destacada encabezan el ránking de crecimiento.

Entre el 5 y el 8% crecen de forma regular durante estos seis años buena parte de las poblaciones mayores: Tafalla, Peralta, Marcilla, Larraga, Artajona y Mendigorría. Con un índice similar se incrementa la población de otros municipios menores: San Martín de Unx, Pueyo y Beire. Ya por debajo del 3% crecen Falces y Funes. Incluso dos municipios poco poblados de la Valdorba, Leoz y Orísoain, registran un testimonial saldo positivo, invirtiendo así la sostenida regresión poblacional iniciada hace muchas décadas.

Los descensos más acusados, en torno al 10%, se producen en Pitillas, Santacara y Ujué. También retroceden de forma significativa Miranda de Arga, Murillo el Fruto, Murillo el Cuende y Berbinzana. Carcastillo desciende un 1’72%, pero si la comparación la establecemos durante los dos últimos años, en los que la población ha aumentado en más de cien habitantes, ha habido un importante punto de inflexión. Baja moderadamente Mélida, y Unzué y Olóriz, que bajan por encima del 4%, son el contrapunto al crecimiento general de la Valdorba.

Estos son los datos. A partir de ahí cabe un debate sobre la diversidad de factores que intervienen en este comportamiento demográfico. La incorporación de población, mayoritariamente inmigrante, en edad de reproducción; las políticas de vivienda; el éxodo juvenil, o las migraciones internas. En cualquier caso, se hace grato resaltar que en una comarca con déficit de servicios y en la que buena parte de las infraestructuras más costosas suponen más amenazas que beneficios, crezca la población. Hay bastantes zonas de Navarra en las que sucede lo contrario.

Praxku