Estos formadores cristianos que abogan por hacer gala de tolerancia y rezo frente a la violencia de género, por difundir que la homosexualidad es una cruz enviada por el Señor que se cura a través de la conversión, por el perdón del adulterio como herramienta para la perdurabilidad del matrimonio y por la lucha encarnizada contra los anticonceptivos, se jactan del elevado número de hijos que nacen en sus familias porque “una mujer debe tener todos los hijos que Dios le mande”. (klik egin-ver más) Pilar Rego, en El Plural
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