El golpe militar del 18 de julio y la ”Cruzada” posterior se entienden perfectamente desde una perspectiva de clase. En un territorio donde más del 50% de la población activa era compesina, la reforma agraria republicana de 1932 generó grandes expectativas entre los jornaleros sin tierras. La oligarquía, hoy reconvertida en el IBEX-35 respondió con un baño de sangre, el robo generalizado y una brutal estrategia de empobrecimiento de la población. Dentro del ciclo de Cine Pobre con Eguzki Bideoak. En el espacio Kalaska, Nabarreria 25 de Iruñea. El 17 de marzo a las 20 h. |
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