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miércoles, 23 de marzo de 2011

EL ANSIA DEL GUERRERO


Primero se equivocó rotundamente Aznar en Irak; ahora se equivoca neciamente Zapatero en Libia. Ambas equivocaciones tienen la misma base: el ansia de inscribirse en la lista de los protagonistas de la historia mediante la simpleza de traer una foto de las Azores o lucrar una sonrisa al bies en París. Todo para ganar el voto en la meseta aletargada o las elecciones en el sur de las romerías. Absurda pretensión, además, esta de volver a inscribirse en la historia. (klik egin-ver más)
Antonio Álvarez-Solís

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