Al parecer, dos argumentos fundamentales del portavoz de la Conferencia Episcopal para oponerse a la ley de muerte digna son que el proyecto olvida que la vida humana pertenece a Dios, su propietario, y que parte de una concepción “prácticamente absoluta” de la autonomía personal. (klik egin-ver más)
Alfonso Ruiz Miguel (en El País)
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