Ayer nos despertamos con la noticia de otro accidente laboral mortal registrado en las obras del TAV. Un trabajador portugués de 47 años cayó junto con la hormigonera que conducía a un barranco del barrio Aldaba Txiki, próximo a Tolosa. Otra víctima, la quinta en la CAV, de unas condiciones de explotación laboral y de precariedad características de estas macroinfraestructuras (jornadas interminables, ritmos elevados de trabajo, ausencia de planes de prevención y equipamientos de seguridad, convenios laborales propios de los países de procedencia de los trabajadores, etc).
Están vendiendo el TAV como una fuente de empleo y riqueza lo que es mera satisfacción de intereses privados de empresarios, constructores y banqueros, sus verdaderos beneficiarios. El Estado español aparece como líder europeo en kilómetros de alta velocidad, pero también lidera las cifras de paro y peores perspectivas de crecimiento económico. Por tanto, el TAV no significa progreso, riqueza y bienestar, sino que es sinónimo de crisis, déficit y explotación laboral.
ahtgelditu.org
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