Luis de Beaumont, tercer conde de Lerín y caballo de Troya del rey de Castilla y Aragón en Navarra, saqueó Olite pocos años antes de la conquista de 1512. El cabecilla beamontés castigó así a una de las buenas villas del reino que se había destacado por su apoyo a los reyes Juan y Catalina frente a quienes pretendían una sumisión que, después, Fernando el Católico (el Falsario para los navarros legitimistas) obtuvo por las armas.
Más de 200 casas asaltadas, aproximadamente el 10% incendiadas, 3.500 ovejas y casi 900 carneros sustraídos, 3.000 robos de trigo y 4.500 de cebada desaparecidos, ropas, armas, joyas, dinero y hasta libros fueron parte de un botín de guerra que, inventariado más tarde, ascendió a 23.861 florines de la época. Una fortuna que da solo una idea del alcance económico del daño. El moral fue más alto.
El castigo comenzó a fraguarse cuando los nuevos reyes de Navarra, Juan y Catalina, fueron por fin coronados en 1492 y la reina eligió Olite para dar a luz a su hija Magdalena. Las huestes de Luis de Beaumont castigaban desde hacía años las principales poblaciones agramontesas de la Merindad, como Artajona, Larraga, Tafalla o Santacara. (klik egin-ver más)
Luis Miguel Escudero, en Nabarralde
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