Los que ya peinamos canas somos quizás los últimos que hemos conocido hacer
rogativas. Éstas se hacían a dos luces, al amanecer, invocando a Dios y a los
Santos a fin de que la primavera viniera propicia para los cultivos pidiendo
además que Dios nos librara de las calamidades de la guerra, hambre,
enfermedades, terremotos, tempestades…
La rogativa es un acto litúrgico
que curiosamente no tiene lugar en el interior de las iglesias. La rogativa se
va desarrollando mientras se camina en procesión para volver a la iglesia de
partida o yendo hacia alguna de las ermitas del mismo pueblo o de algún otro
pueblo cercano. (klik egin-ver más)
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