En todo informe que se precie, cuando se analiza la juventud del
siglo XXI, se destaca su elevado nivel de formación. Se le atribuye estar mejor
capacitada y tener, dado la evolución informática, una visión del mundo de la
cual carecían sus homólogas del siglo XX. Los adelantos tecnológicos les brinda
estar en las redes sociales y gozar de una comunicación horizontal, más
democrática y abierta con una velocidad de vértigo. Vivir al instante lo que
sucede en el mundo. Asimismo, se le adjudican comportamientos inherentes a su
tiempo, ser emprendedores, independientes, decididos y sobre todo competitivos.
Asimismo, estadísticas publicadas por organismos internacionales como la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) y el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD), subrayan la disminución del analfabetismo y la baja deserción
escolar en las últimas décadas. Tal circunstancia se refleja en un aumento de la
juventud que desea seguir estudios universitarios y de posgrado, lo cual abre un
abanico de oportunidades para los jóvenes, ávidos de incorporarse al mundo
laboral. Cada vez son más los jóvenes que culminan con éxito sus ciclos
escolares. (klik egin-ver más)
Marcos Roitman (en La Jornada)
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